La depresión en personas mayores es un problema considerable, pues se vincula con la etapa de profundos y decisivos cambios que es, a fin de cuentas, la tercera edad. Los ancianos viven un proceso de envejecimiento y de cambios fisiológicos, pero también en su entorno social y sus relaciones con otras personas. Es una época en que los diversos cambios que acontecen a la persona que entra en la ancianidad pueden producirle desconcierto y episodios depresivos y ansiosos.
Es absolutamente indispensable saber detectar la sintomatología de la depresión en las personas de edad avanzada, para de este modo prevenirla y combatirla. De lo contrario, puede conllevar trastornos psíquicos y emocionales de distinta gravedad, o incluso complicaciones en la salud del cuerpo debidas a la interacción psicosomática. En las edades provectas, es preciso adoptar un modus vivendi de envejecimiento activo y saludable, para de este modo evitar todo tipo de consecuencias indeseables en el día a día de la persona que se encuentra en tan fundamental época de la vida.
Causas de la depresión
En la senectud, pueden darse con frecuencia episodios depresivos y ansiosos que asimismo pueden repercutir en otros aspectos de la salud del individuo. Las causas de la depresión en personas de avanzada edad pueden harto diversas, e incluso confluir para minar el estado emocional, psíquico y anímico de quien se halla en esta etapa vital. Causas como las siguientes:
- La pérdida de seres queridos (amigos, familiares, cónyuge) del entorno social inmediato de la persona anciana, que de este modo sufre un proceso de duelo y un vacío emocional que ha de saber llenar con las terapias adecuadas y con una vida activa.
- La jubilación, en cuanto que tránsito desde una vida laboral y profesional activa a un estado pasivo o de retiro. Aquí es preciso tomar muy en cuenta que el trabajo desempeña un papel central en nuestras vidas, y es una de las facetas más importantes y primordiales de nuestra cotidiana existencia, no sólo porque nos granjea el sustento material diario, sino también porque nos impone una determinada rutina y un ritmo de vida que se ve alterado o diluido con el final de la existencia laboral. De ahí que uno de los mayores motivos de la depresión en personas mayores sea precisamente la jubilación.
- El estado mismo de inactividad o de apatía que se autoimponen las personas mayores una vez se han retirado de la vida laboral y profesional puede ser otra de las causas fundamentales de la depresión. Subsiste aún la creencia generalizada de que la ancianidad ha de equivaler forzosamente a retirarse de la vida misma. Pero la inactividad física y psíquica prolongada es uno de los mayores enemigos de la salud mental. El anciano debe mantenerse activo, con inquietudes, aficiones y relaciones sociales.
- A propósito de las relaciones sociales, la malsana tendencia al aislamiento social de muchas personas mayores es otra fuente de episodios depresivos.
- Determinados problemas relacionados con la vejez, como algunos achaques o la pérdida de algunas facultades, pueden asimismo contribuir a la depresión. El envejecimiento no ha de significar por fuerza una vida peor, sino una vida distinta que puede ser también gratificante en muchos aspectos.
- Dentro de los problemas de salud de la persona anciana, las enfermedades crónicas son otra causa de depresión.
Consejos para prevenir la depresión
Así pues, para prevenir y enfrentar la depresión en edades avanzadas, se deben seguir una serie de sencillas recomendaciones:
- Llevar una vida activa, a ser posible con algo de ejercicio físico cada semana, así como ejercicio mental (lectura, juegos de mesa, juegos de inteligencia, aficiones, inquietudes culturales…)
- Mantener amplias relaciones sociales.
- Mantener una dieta equilibrada y adecuada.
- Prevenir las dolencias crónicas.
La depresión en personas mayores puede ser eficazmente combatida, sencillamente, manteniendo las ganas de vivir y no perdiendo el interés por las personas y cosas que de verdad nos aportan alegría y que nos apasionan.