“Si hacemos memoria, no sé desde cuando el Alzheimer me la quitó”. Esta enfermedad afecta a un gran número de personas. Se calcula que cerca de 800.000 la padecen en nuestro país, cifras que se prevén vayan el aumento por el progresivo envejecimiento de la población y el incremento de la esperanza de vida.
Por lo tanto, el Alzheimer afecta a un gran número de personas que viven en nuestro entorno familiar. Conocer su situación, sus hábitos a la hora de comer y cómo afrontar la enfermedad, es importante para mejorar su calidad de vida.
El comportamiento de una persona enferma de Alzheimer frente a la comida se va modificando a medida que progresa la enfermedad. Si estás cuidando un ser querido que padece Alzheimer, te daremos algunas pautas que debes entender, las causas de sus problemas alimentarios y cómo puedes ayudar a llevar una buena alimentación. Alimentar a personas con Alzheimer no es tarea fácil.
Dieta de una persona con Alzheimer
- En una primera fase de la enfermedad, los enfermos comen solos pero se les olvida la comida, sufren descuidos… Para alimentar a personar con Alzheimer, debemos ayudarles en la preparación de las comidas y a llevar unos horarios, así como fomentar su autonomía. Una consecuencia de la malnutrición es el deterioro cognitivo que sufre el enfermo.
- Cuando la enfermedad está más avanzada, el enfermo tiene que ser atendido por otras personas que le ayuden a comer y beber. Pueden aparecer dificultades a la hora de masticar, alteraciones en la salivación o la falta de apetito; incluso el rechazo a la ingesta de alimentos. Debemos incluir una dieta rica en hidratos de carbono. También las carnes, pescados, lácteos y huevos, sin olvidar las legumbres, frutas y verduras, limitando los azúcares y dulces.
- No aislar al enfermo de Alzheimer a la hora de comer. Se debe acompañar en la mesa y socializar en las comidas manteniendo la costumbre de comer en compañía. Mantener unos horarios de comida y procurar hacer 4 ingestas diarias: desayuno, comida, merienda y cena.
- Si le cuesta masticar, partir la comida en trozos pequeños o hacer purés, empleando, si fuese necesario, espesantes o gelatinas para que les sea más fácil y evitar también el atragantamiento.
- Procurar que beba suficiente, para ello dar de beber un litro y medio de líquido al día. En caso de dificultad para ingerir líquidos puede hacer uso de espesantes. El agua u otras bebidas (evitando el alcohol) se darán siempre cuando el paciente esté alerta, preferiblemente durante el día y menos al final de la tarde o durante la noche.
- Evitar alimentos muy calientes con el riesgo de quemarse.
- Utilizar cubiertos de plástico y retirar del alcance de la persona utensilios cortantes.
- Evitar y controlar el estreñimiento mediante el aporte de fibra y la ingesta adecuada de agua. Si el problema persiste, se requerirá el uso de laxantes.
- Si la persona enferma de alzheimer pierde peso, podría deberse a un desajuste nutricional por lo que habría que controlarlo y analizar de donde puede venir para buscar soluciones.
Alimentar a personas con Alzheimer puede llegar a ser agotador, y más aún a la hora de comer. Adaptarse a la situación requiere tiempo. Tener una planificación de comidas y unos horarios establecidos resultará más fácil. Recuerde que en ciertos momentos, estas personas, pueden tener menos apetito y otras veces sea a la inversa, por lo que será un logro conseguir un buen estado nutricional del enfermo de Alzheimer. La clave está en proporcionarle una dieta sana, equilibrada y controlada atendiendo al tipo de ingesta según el estado de la persona.