Las caídas en las personas mayores son un problema y una amenaza notable en la tercera edad, cuando el equilibrio y la movilidad ya no son iguales que en edades anteriores. Por lo tanto, es preciso que conozcamos algunos de los más importantes consejos para prevenir este problema y poder evitarlo en el futuro.
Estas caídas, además, pueden provocar diversas secuelas indeseadas en la persona mayor:
Limitación de la movilidad de la persona mayor por temor a nuevas caídas, lo que a su vez repercute en la salud física y psíquica del anciano, pues la menor movilidad y la muy limitada o nula actividad física produce problemas circulatorios, cardiovasculares, cerebrovasculares, atrofia muscular, artritis, artrosis y otros problemas articulares, reumatismos, etc.
Mayor riesgo de roturas y esguinces que en épocas anteriores de la vida, puesto que la edad provecta se caracteriza también por un más alto grado de descalcificación ósea, lo que hace que los huesos sean más frágiles.
Consecuencias psíquicas, tales como el síndrome del temor a nuevas caídas, que puede acarrear estados depresivos y ansiosos a la persona anciana.
Posee un alto índice de morbilidad y de mortalidad en las personas mayores.
Puede producir pérdida de autonomía y situación de dependencia en el anciano, y aumenta las probabilidades de que este haya de ingresar en una residencia o centro clínico u hospitalario.
Por lo tanto, y como podemos apreciar, es fundamental prevenir y atajar esta cuestión para que no desencadene tales secuelas. No obstante, para prevenir algo es básico conocer cuáles son las causas concretas que lo generan.
Causas de las caídas en ancianos
Las causas de las caídas en las personas mayores son múltiples y variadas:
- Determinadas patologías que puedan interferir en el equilibrio del paciente.
- Las alteraciones de la movilidad, la marcha y el equilibrio que se producen como consecuencia de las edades avanzadas.
- Las alteraciones sufridas con el envejecimiento en la vista, la audición y el vestíbulo del oído (que es precisamente donde se halla localizado el sentido del equilibrio).
- Los problemas psíquicos y de envejecimiento neurológico que puedan acarrear cuadros de desorientación, agitación y confusión.
- El deterioro de la cognición que viene provocado por accidentes cerebrovasculares (isquemias o pequeños infartos cerebrales), la demencia vascular, el alzhéimer, y otras varias modalidades de demencia senil.
- Los reflejos se alteran con la edad y disminuyen, también a resultas del proceso de envejecimiento de las células del encéfalo.
- La polimedicación que a veces es necesaria para afrontar múltiples dolencias o trastornos de salud de la misma persona anciana, y que a menudo puede traer consigo desorientación, confusión y mareos.
Prevención de las caídas en ancianos
En muchos casos, las caídas pueden ser prevenidas, y es cuestión de identificar los diversos factores de riesgo para poderlas evitar. Por lo pronto, estas son algunas de las medidas primordiales que es preciso tomar:
- Controlar el estado de salud y la medicación de la persona anciana.
- Si la persona sufre agitación, intentar cambiar los fármacos que ha de tomar (lo que habrá de hacerse por prescripción del médico) y, de no ser posible o eficaz esto, emplear medios de contención mecánica.
- Buena iluminación, interruptores eléctricos cerca de las camas, y algunos asideros (por ejemplo, barras de sujeción en los pasillos del domicilio del paciente).
- Es aconsejable la instalación de luces piloto, que se encienden automáticamente al caer la noche.
- Barras de sujeción y superficies antideslizantes en el cuarto de baño, y sobre todo en la ducha o bañera.
Siguiendo estos sencillos consejos, es mucho más fácil evitar las caídas de las personas mayores, y así mantener su calidad de vida.